El Delta del Ebro es una región frágil, un suelo aluvial donde el agua juega un papel clave. Éste es un sistema dinámico, móvil y cambiante que define una clara unidad territorial. Aquí el agua dirige, se conduce, inunda campos y los seca, definiendo su topografía, y aquellos que trabajan la tierra juegan un papel fundamental en el dominio de este territorio. En paralelo a la aparición de las figuras de protección ambiental (red Natura 2000, Zonas de Especial Protección de las Aves, Espacio de Interés Geológico) y a su reciente declaración como Reserva de la Biosfera, el turismo ha sido un descubrimiento reciente. No obstante, hay una cuestión no resuelta: ¿A dónde va el turista? ¿Quién lo dirige? ¿Qué elementos articulan las iniciativas turísticas?
El presente estudio se estructura en tres partes diferenciadas. En primer lugar, se introduce una revisión concreta de la evolución del urbanismo en nuestro país. Se esbozan unas pinceladas sobre las reflexiones e inquietudes de algunos de los maestros del urbanismo contemporáneo, con el fin de definir las bases de trabajo para abordar el ámbito concreto del Delta del Ebro. En segundo lugar, son analizadas las iniciativas turísticas en este paraje territorial tan singular, con una población estable de más de 20.000 habitantes y con una superfície de unos 320 km2. En base al surgimiento de estas iniciativas turísticas, se buscan qué elementos pueden articular y ordenar este territorio, proponiendo unas estrategias de intervención y ordenación. Por último, la tercera parte aborda el papel de la administración en relación a la forma de acción pública y privada sobre el territorio como entidad básica y necesaria.